Luis Minier Montero fue un destacado periodista y locutor dominicano, reconocido por su larga carrera en los medios de comunicación de República Dominicana. A lo largo de su trayectoria, dejó una huella imborrable gracias a su ética profesional, su compromiso con la verdad y su dedicación a la formación de nuevas generaciones de periodistas.
Colaboró con importantes medios como Radio Cristal, Última Hora, El Sol, El Nuevo Diario y Hoy, donde se destacó por su profesionalismo y calidad humana. Su voz, tanto en la radio como en la prensa escrita, fue un referente para muchos, y su legado perdura en el periodismo dominicano.
Su influencia se extendió más allá de su trabajo en los medios, ya que también fue un activo defensor de la profesionalización del periodismo, participando en el Colegio Dominicano de Periodistas y contribuyendo a la formación de corresponsales en todo el país.
La mañana de este martes, el mundo del periodismo perdió a una de sus grandes figuras con el fallecimiento de Luis Minier Montero, destacado periodista y locutor dominicano.
La noticia fue confirmada por su hijo, Luis Minier Rodríguez, quien expresó su gratitud por las muestras de cariño en medio del dolor.
“Agradezco de corazón el cariño y la amistad que muchos de ustedes compartieron con él a lo largo de su vida. Su recuerdo permanecerá siempre con nosotros. Gracias por acompañarnos con su pensamiento y oración en este momento tan difícil”.
Se recuerda que “Lumito”, como cariñosamente se le conocía, recibía cuidados paliativos en Toledo, España, debido a un cáncer agresivo con metástasis.
Luis Minier Montero fue un destacado comunicador con una voz educada y privilegiada que muchos recuerdan por los innovadores mensajes telefónicos de Codetel en los años 90. Se formó en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y desarrolló una sólida trayectoria en medios como los periódicos Hoy, El Sol, Nuevo Diario y Última Hora.
Además, trabajó en los departamentos de Relaciones Públicas de Codetel, Falconbridge y Participación Ciudadana.
El periodista Onorio Montás lo definió como:
“Un disciplinado amigo, callado, reflexivo, pensativo. Esta es la descripción de mi gran amigo, una persona que no habla mucho, que guarda silencio, y que aparentemente siempre está pensando o meditando. Una persona callada que reflexiona sobre lo que ha oído, ha leído, o ha vivido. Esa es la imagen que siempre he tenido de mi gran amigo”.
Tras la pandemia de COVID-19, Minier trabajaba como corrector de estilo para el periódico Hoy desde la mesa editorial a distancia. Luego decidió mudarse definitivamente a España junto a su esposa, Ángela Divina (médico), y sus hijos, Luis Enoc y Ángela, ambos residentes en Castilla-La Mancha, Toledo. Fue allí donde se le diagnosticó un padecimiento terminal “catastrófico”: un carcinoma de próstata metastásico. Recibía tratamiento paliativo para aliviar los síntomas y mejorar su calidad de vida, con atención médica, emocional y espiritual.
En 2013, Luis Minier compartió con los lectores de Hoy su pasión por la cocina, presentando su platillo estrella: chenchén gourmet al estilo Minier, una versión creativa del plato sureño. En lugar de prepararlo como arroz blanco, le añadía carne y lo gratinaba con queso mozzarella o cheddar.
Aunque conocía el chenchén desde su niñez, por ser oriundo de El Cercado, provincia San Juan, fue ya adulto cuando creó su propia versión, así como otras especialidades como el pollo a la chinola y las empanadas gallegas, que solía preparar para su familia y amigos.
“Mi primera comida la hice cuando tenía 10 años, pero ahora de adulto suelo hacer estas especialidades para mi familia, cuando vienen amigos del interior y también las he preparado para los compañeros de la redacción central, y han gustado muchísimo”, dijo entonces al periódico Hoy.
¿Quién era Luis Minier Montero, el destacado periodista dominicano que murió hoy?| Ver articulo Original en HoyLa mañana de hoy, martes 3 de junio, falleció Luis Minier Montero, destacado periodista y locutor dominicano, mientras recibía cuidados de salud en Toledo, España.
Minier, también conocido como “Lumito”, residía en España junto a su esposa e hijos, donde enfrentaba un diagnóstico de cáncer. Durante sus últimos años, colaboró a distancia como corrector de estilo del periódico Hoy, medio en el que también trabajó como periodista en etapas anteriores de su carrera. Egresado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Minier dejó huella en medios como El Sol, Nuevo Diario y Última Hora, además de trabajar en Relaciones Públicas en instituciones como Codetel, Falconbridge y Participación Ciudadana.
Minier es recordado como una figura emblemática del periodismo nacional, con una trayectoria profesional marcada por la disciplina, la ética y una voz que dejó huella en varias generaciones.
Su hijo, Luis Minier Rodríguez, confirmó la noticia y agradeció públicamente las muestras de cariño recibidas durante este momento difícil.
Fallece Luis Minier Montero, reconocido periodista y locutor dominicano | Ver articulo original en AcentoAunque la enfermedad de Luis Minier Montero era conocida por todos, su despedida fue un jarro de agua fría para sus familiares, amigos y colegas, quienes han manifestado muestras de dolor por distintas vías desde que se conoció su deceso la madrugada del pasado martes 3 de este mes.
“Qué pena la partida de mi apreciado amigo y colega, Luis Minier Montero. Descansa en paz noble y leal amigo”, escribió Elsa Peña Nadal en Facebook, quien recordó que cantaba precioso, tocaba guitarra y era un gran ser humano.
En tanto Olivo de León, presidente del Instituto de Previsión y Protección del Periodista y coordinador del Movimiento Marcelino Vega, expresó “su tristeza ante el fallecimiento del destacado periodista”.
“Paz a sus restos. Minier era un gran ser humano y buen amigo”, resaltó Evaristo Rubens al saber la noticia; y Mayelin Acosta pidió a Dios que lo tenga en su gloria y consuele a sus familiares, al tiempo que lo recordó como una gran persona y un amigo muy querido.
Tras indicar que es muy triste su partida, Loyda Peña coincidió en pedir a Dios que lo tenga en su gloria, ya que fue un excelente ser humano. “El querido Minier, nuestro corrector de años. Dios de paz”, matizó Margarita Quiroz.
Mientras Llennis Jiménez le deseó “un vuelo en paz y como Dios tiene control de todo espero que lo reciba con la nobleza que le vi habitar este planeta. Me embarga la tristeza. No imagino el dolor de su amada y unida familia”.
Momentos después Soila Paniagua dijo: “Oh, Padre Celestial, se nos fue también Minier. Dios lo acoja”; Altagracia Ortiz le deseó que “vuele alto, profesor, tremendo ser humano”, y Nelly Ramírez pidió paz a su alma y que Dios lo acoja en su regazo.
Expresiones parecidas fueron las expresadas por Primitivo Cadete, quien lo definió como extraordinario ser humano y gran profesional, por lo que espera paz para su alma. Julia Martínez indicó además que la noticia era muy triste.
Con la misma calidez que ofreció, Minier siempre será recordado. Fue un maestro, un amigo, un periodista excepcional y un hombre íntegro, de bien.
Colegas expresan su dolor por muerte de Luis Minier Montero|Ver articulo original en HoyAl amanecer de este martes 3 de junio inició su vuelo a lo infinito el apreciado periodista Luis Minier Montero, compañero de ejercicio profesional durante gran parte de nuestras vidas, un militante de la profesionalidad y la ética, de los primeros egresados del departamento de Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Santo Domingo a mitad de los sesenta.
Amigos del alma durante seis décadas en que trabajamos juntos en Radio Cristal, los diarios Ultima Hora, El Sol, El Nuevo Diario y Hoy, pude registrar sus inconmensurables condiciones humanas, su don de gente y espíritu societario. Fue siempre un ser humano suave y afectuoso, cuya voz nunca se levantaba más de lo necesario a no ser para explayar su melódico tono grave que durante años sería oficial de la compañía telefónica.
Cuando asumí la secretaría general del Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales, en 1972, ahí estaba Minier para acompañarme a recorrer el país impartiendo cursillos de fines de semana para la formación profesional de los corresponsales y periodistas de las provincias. Cuando me tocó presidir el Colegio Dominicano de Periodistas (1988-90) ahí estuvo Luis Minier, militante imperturbable desde que en 1970 lanzamos la lucha por la profesionalización del periodismo.
En Radio Cristal era periodista y lector de noticias, y junto con Aníbal de Castro, Elsa Expósito, Diógenes Céspedes, Espaillat Deshamps, Roberto Nivar, William Tavarez y otros, nos tocó establecer “la noticia viva, desde el lugar del hecho”
Fue columna fundamental de los años en que El Sol se convirtió en el diario de la transición democrática, como subjefe de la redacción y luego en el sueño inconcluso de El Nuevo Diario. En Hoy lo encontraba más espaciadamente en su mesa de redacción. Lo visitaba en el hogar que constituyó en el barrio invi, de Santo Domingo Este, con su eterna compañera Divina.
Estando en Madrid en los últimos cuatro años, intercambiábamos correos electrónicos, hasta que un día me dijo que estaba viviendo en Toledo. Me ofendí porque no me había avisado, pero luego sabría que había estado bregando con cáncer. Y se mudó a España donde sus hijos ejercían la medicina y disfrutaba de mejores atenciones en el hospital universitario. Pasarían un sábado en casa antes que la enfermedad reapareciera para invadirlo por todos los costados.
Divina, que también es médico, y sus hijos Luis y Angela lo cuidaban con sublime dedicación, y Adita y yo viajamos a Toledo 3 veces para alentarlo. En enero le llevamos a colegas queridos como Quiterio Cedeño, Marien Aristy, Fausto Rosario y Carlos Manuel Estrella, cuando asistían a la Fitur. Estaba hospitalizado y se emocionó con la sorpresa de esa nutrida delegación, de la que también fueron parte mi esposa y la de Estrella. La enfermera dijo que ese día había comido como nunca antes. Lo alentamos porque sabíamos que estaba perdiendo el hálito.
Ya a mediados de febrero, cuando partíamos de Madrid, fuimos de nuevo a Toledo para una despedida que sabíamos, él y nosotros, que sería definitiva. Allí lo dejamos, de buen humor, asumiendo su triste realidad con la entereza humana que lo caracterizaba. Aún desde México, seguimos en contacto telefónico. La última conversación sí que fue despedida, pues había pasado dos semanas hospitalizado y ya apenas le daban cuidados paliativos.
Hoy su hijo Luis me dio la triste noticia que me embarga de emoción. Luis Minier Montero, don Luis como le llamaba para dimensionarlo, ha iniciado su vuelo a lo infinito, Por allá rondará sin apagarse cantando hosanna a las alturas y bienaventuranzas para familiares, compañeros y amigos. Seguirá en nuestras almas por toda la eternidad, como un gran regala de la vida.-
Hay un tipo especial de personas que se distingue por tener siempre una sonrisa en los labios y una actitud azul en el alma.
Un tipo especial de personas que nunca pasa inadvertido, porque su forma de ser seduce de manera natural a quienes tienen la dicha de estar cerca.
Un tipo especial de personas que permanece en la memoria mucho tiempo después de haber sido conocido.
Hablo de Luis Minier Montero, quien ha emprendido su viaje a la eternidad para compartir sus luces con el universo multicolor de lo infinito.
Luis Minier Montero entregó su talento en Radio Cristal, y en los diarios Última Hora, El Sol, El Nuevo Diario y Hoy.
Desde la década de los setenta, fue formador de corresponsales y periodistas, desde sus funciones como dirigente honorario del Colegio Dominicano de Periodistas.
Luis Minier Montero era una de esas personas inolvidables. De él, recuerdo diez características que lo definían:
Su actitud como periodista, basada en un compromiso ético inquebrantable y una conducta marcada por la disciplina.
Lector incansable, siempre con un libro al lado, recorriendo sus páginas en los momentos libres que le permitía el oficio.
Su voz entonada y hermosa, que usó sobre todo como locutor noticioso en Radio Cristal.
Su entrega gremial, especialmente desde el Colegio Dominicano de Periodistas, donde luchó junto a Juan Bolívar Díaz y otros colegas por la profesionalización del periodismo.
Sus consejos sabios y experimentados sobre cómo mejorar los textos que redactábamos cerca de él, en distintas redacciones.
Sus críticas certeras sobre temas de interés nacional, siempre enfocadas en los aspectos menos evidentes, los que pasaban desapercibidos.
Su solidaridad con los colegas: desprendido y responsable, siempre dispuesto a defender a quienes compartían con él el espacio laboral.
Su independencia de partidos políticos e intereses particulares o empresariales.
Su rechazo firme a las injusticias, expresado con comentarios sensibles y críticos cuando le tocaba manejar noticias difíciles.
Su calidad humana: una bondad innata, manifestada en su tono de voz sereno y su trato respetuoso hacia todos.
Despedimos a un amigo, colega y ejemplo de vida
Al amanecer de este martes 3 de junio inició su vuelo a lo infinito el apreciado periodista Luis Minier Montero, compañero de ejercicio profesional durante gran parte de nuestras vidas, un militante de la profesionalidad y la ética, de los primeros egresados del departamento de Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Santo Domingo a mitad de los sesenta.
Amigos del alma durante seis décadas en que trabajamos juntos en Radio Cristal, los diarios Ultima Hora, El Sol, El Nuevo Diario y Hoy, pude registrar sus inconmensurables condiciones humanas, su don de gente y espíritu societario. Fue siempre un ser humano suave y afectuoso, cuya voz nunca se levantaba más de lo necesario a no ser para explayar su melódico tono grave que durante años sería oficial de la compañía telefónica.
Cuando asumí la secretaría general del Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales, en 1972, ahí estaba Minier para acompañarme a recorrer el país impartiendo cursillos de fines de semana para la formación profesional de los corresponsales y periodistas de las provincias. Cuando me tocó presidir el Colegio Dominicano de Periodistas (1988-90) ahí estuvo Luis Minier, militante imperturbable desde que en 1970 lanzamos la lucha por la profesionalización del periodismo.
En Radio Cristal era periodista y lector de noticias, y junto con Aníbal de Castro, Elsa Expósito, Diógenes Céspedes, Espaillat Deshamps, Roberto Nivar, William Tavarez y otros, nos tocó establecer "la noticia viva, desde el lugar del hecho"
Fue columna fundamental de los años en que El Sol se convirtió en el diario de la transición democrática, como subjefe de la redacción y luego en el sueño inconcluso de El Nuevo Diario. En Hoy lo encontraba más espaciadamente en su mesa de redacción. Lo visitaba en el hogar que constituyó en el barrio invi, de Santo Domingo Este, con su eterna compañera Divina.
Estando en Madrid en los últimos cuatro años, intercambiábamos correos electrónicos, hasta que un día me dijo que estaba viviendo en Toledo. Me ofendí porque no me había avisado, pero luego sabría que había estado bregando con cáncer. Y se mudó a España donde sus hijos ejercían la medicina y disfrutaba de mejores atenciones en el hospital universitario. Pasarían un sábado en casa antes que la enfermedad reapareciera para invadirlo por todos los costados.
Divina, que también es médico, y sus hijos Luis y Angela lo cuidaban con sublime dedicación, y Adita y yo viajamos a Toledo 3 veces para alentarlo. En enero le llevamos a colegas queridos como Quiterio Cedeño, Marien Aristy, Fausto Rosario y Carlos Manuel Estrella, cuando asistían a la Fitur. Estaba hospitalizado y se emocionó con la sorpresa de esa nutrida delegación, de la que también fueron parte mi esposa y la de Estrella. La enfermera dijo que ese día había comido como nunca antes. Lo alentamos porque sabíamos que estaba perdiendo el hálito.
Ya a mediados de febrero, cuando partíamos de Madrid, fuimos de nuevo a Toledo para una despedida que sabíamos, él y nosotros, que sería definitiva. Allí lo dejamos, de buen humor, asumiendo su triste realidad con la entereza humana que lo caracterizaba. Aún desde México, seguimos en contacto telefónico. La última conversación sí que fue despedida, pues había pasado dos semanas hospitalizado y ya apenas le daban cuidados paliativos.
Hoy su hijo Luis me dio la triste noticia que me embarga de emoción. Luis Minier Montero, don Luis como le llamaba para dimensionarlo, ha iniciado su vuelo a lo infinito, Por allá rondará sin apagarse cantando hosanna a las alturas y bienaventuranzas para familiares, compañeros y amigos. Seguirá en nuestras almas por toda la eternidad, como un gran regala de la vida.
Algún día vendrás por mí,
no sé ni cómo ni cuándo,
pero si he de morir,
conquístame con encanto…
Lumito recibe cuidados paliativos en Toledo, España, de un cáncer agresivo con diseminación de las células cancerosas, esperando la muerte.
Después de finalizada la “revolución de Abril de 1965”, al asumir el poder tras unas elecciones por vez primera Joaquín Amparo Balaguer Ricardo, en medio de un país intervenido por las tropas de los Estados Unidos, por tercera vez, en un país convulso, tras unas elecciones generales, renace una novedosa emisora, Radio Cristal, un desprendimiento de la cadena radial “Comercris” del comerciante y político José A. Brea Peña.
Nobel Alfonso Tejada crea un nuevo concepto en el país de una emisora radial “Noticiosa y musical”. Pone en marcha su proyecto contando con la crema y nata de la joven intelectualidad dominicana, como René del Risco, Iván García, Rafael Vázquez y un grupo de destacados periodistas jóvenes que provenían de Radio HIN (Radionoticias), que dirigía el doctor Héctor Pérez Reyes.
Esa planilla de noveles periodistas compuesta por Juan Bolívar Díaz, Elsa Expósito, Guarionex Rosa, Aníbal de Castro, Roberto Pérez Nivar y Luis Minier Montero; además una gran admirada amiga que había sido frente del “Batton Ballet” del Liceo Intermedia Estados Unidos de América” en la “Era de Trujillo”, junto a otras jóvenes, Manuela Sanabia, Ruth Pérez, Amada Iris Padrón, se trata de la gran Elsa Expósito, quien más adelante fue una aguerrida y brillante periodista.
Era el mes de marzo de 1970, cuando veía la luz pública por primera vez en la ciudad de Santo Domingo, un periódico vespertino “Ultima Hora”, una idea del inquieto Moisés Alberto Pellerano López-Penha, hijo del fundador y tesorero del periódico Listín Diario, don Moisés se inicia como director general; Virgilio Alcántara, como director ejecutivo, y Gregorio García Castro como jefe de redacción, una estampida de periodistas llegó a ese nuevo vespertino que venía a competir con El Nacional de ¡Ahora!, entre ellos, Luis María Minier Montero, un gran descubrimiento como ser humano y amigo.
Destacado periodista y locutor con una educada y privilegiada voz (muchos recordarán la voz en los mensajes telefónicos innovadores en los años 1990 de Codetel), egresado de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Luis, Mima y Norberto James
Tuve la dicha de viajar a su Hondo Valle querido, la primera vez en plena campaña política en que Antonio Guzmán Fernández ganó las elecciones presidenciales. Recuerdo la curiosidad al pasar por Pedro Corto, en Las Matas de Farfán, para ver la casa de “Mamá Bona”, Bonifacia Alcántara, que “era una de las brujas de San Juan”, antigua consejera espiritual de Balaguer.
San Juan era famoso en esa época porque la mayoría de los políticos y militares buscaban asesoría espiritual o se dejaban guiar por las supersticiones.
Algunos agregan a esa lista el nombre del doctor José Francisco Peña Gómez y Enrique Pérez y Pérez. En los años de vida de Orlando Martínez conocí otra compueblana de él, Liríca Mateo, quien había venido a Santo Domingo a vivir en la calle Oviedo y nos juntábamos a menudo con un grupo de amigas.
Carlos (Candó) Howley Ogando, un pintoresco personaje de Hondo Valle, aficionado a coquetear con el “Dios Baco”, tío de mi recordado amigo Orlando Martínez, siempre con muchas anécdotas que contar, había un episodio muy socorrido en el pueblo que a veces salía voceando por el pequeño pueblo de todo tipo de “malapalabras”, y cuando llegaba al frente de la maestra Ildefensa Montero la madre de Luis y Tania, la respetada maestra de Hondo Valle, el mismo Candó se corregía y decía: “Perdón, perdón que estoy pasando frente a la casa de la maestra Ildefensa”.
Pasábamos largas horas Lumi y yo escuchando las anécdotas del viejo Candó, debajo de un enorme árbol de mangos, el con su inseparable chata de “caraegato” en los bolsillos. Al pasar el tiempo me enteré que el viejo Candó murió de una cornada por la espalda, de su toro favorito.
Recuerdo que nos acondicionaban una pequeña choza de madera en medio de un gran arrozal donde “disfrutábamos” de las bajas temperaturas que siempre los partes meteorológicos ponían como referencia.
Minier ha sido un disciplinado amigo «callado, reflexivo, pensativo». Esta es la descripción de mi gran amigo que lucha por su salud, una persona que no habla mucho, que guarda silencio, y que aparentemente siempre está pensando o meditando. Una persona callada que reflexiona sobre lo que ha oído, ha leído, o ha vivido. Esa es la imagen que siempre he tenido de mi gran amigo, Luis María (Lumi, Lumito) Minier Montero, padre de sus dos primeros hijos Boris King y Cándida Rosa Minier Henríquez.
En su largo tránsito por la vida en sus más de 80 años, laboró en los periódicos El Sol, Nuevo Diario, Ultima Hora y Hoy, donde laboramos por un buen tiempo. Trabajó en los departamentos de Relaciones Públicas de Codetel, Falconbridge y Participación Ciudadana
A mi amigo Luis Minier se le diagnosticó un padecimiento terminal “catastrófico”: un “carcinoma de próstata metastásico”. Recibe tratamiento paliativo para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida, enfocado en la atención médica, psicológica, social y espiritual.
«Uno nunca piensa que le puede suceder». Hablaba de tu repentino mal y al escucharte me contagié con tu optimismo. Te vi tan animada, tan positiva, tan confiada, tan «llena de vida», que nunca jamás pensé en la posibilidad de un epílogo cercano.
Nuestro último encuentro fue breve, ameno y positivo y aquel diálogo me permitió revalorizar a la amiga, a la mujer luchadora, a la trabajadora infatigable. Confirmar, por ejemplo, el coraje, la valentía, tu temple de acero, tu espíritu de lucha.
Queda en mi recuerdo para siempre la inseparable sonrisa que te acompañó aún en tus momentos de enfado o de tristeza, y que llevaste más allá de la vida.
Me inclino ante ti, Miriam. (La que fue mi querida esposa)
La muerte es una vida vivida.
La vida es una muerte que viene.
Jorge Luis Borges.